El día jueves 10 de junio se llevó a cabo la octava jornada del ciclo de “Diálogos para una mejor Atención Ciudadana” y en esta ocasión, el invitado fue Daniel Medina, director de la Fundación Servicio País.
Daniel y la fundación Vocación de Servicio
Daniel Medina es abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile, minor en Derecho Civil y en gestión de emprendimientos de la misma casa de estudios. Posee también un diplomado en gestión de organizaciones sociales y actualmente, está cursando su último año en la carrera de licenciatura en Teología, en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Al mismo tiempo, Daniel se desempeña como director del Instituto Res Publica, como fundador de la Fundación Vocación de Servicio y del Proyecto Recicla Vida.
Vocación de Servicio nace en base a una serie de labores sociales que venían siendo desarrolladas al interior de comunidades de fe en iglesias evangélicas. Y en el año 2016, esa labor se institucionaliza a través de una fundación con el propósito de encausar a una serie de preocupaciones sociales y, en particular, el anhelo de servir a las personas sin hogar. Así, un conjunto de jóvenes cristianos se movilizan con la visión de aportar a la construcción de un Chile más justo y humano, que visibilice el dolor de las personas sin hogar y las dignifique de manera integral.
Esta fundación quiso darle una perspectiva diferente a lo que en general suele ser considerado como la problemática de las personas en situación de calle. Para ello, se hace uso del concepto de “sinhogarismo”, entendido como la manifestación de una exclusión, producida por una progresiva desvinculación familiar, laboral, social, entre otras dimensiones constitutivas del ser humano.
“El sinhogarismo se produce por un conjunto de desvinculaciones. La primera desvinculación es la educacional, luego el vínculo laboral, luego rompen el vínculo familiar, y ahí recién podemos ver una persona llega a esa situación. Que una persona viva en la calle no se da de la noche a la mañana, se va dando de forma paulatina, de forma progresiva (…). Cuando la persona se decepciona de sus vínculos o del Estado, se va a la calle”.
Durante la conversación, se destacó que, si bien hay un problema generalizado de confianza entre las personas y las instituciones públicas, esta desconfianza suele ser mucho mayor entre las personas que atraviesan el fenómeno del sinhogarismo.
“Donde se sienten más acogidos no es ni con el Estado ni por la iglesia, sino por las organizaciones de la sociedad civil. Porque sienten que son discriminados (…). Se sienten decepcionados, sienten que no encajan. Están desvinculados del grupo de amigos, de un trabajo. No se puede esperar que confíen en alguien que conocen por dos o tres veces, tiene que haber un trabajo personalizado, algo que requiere tiempo”.
Sobre el trato del Estado, Daniel señala que hay falencias en la atención que se brinda a las personas sin hogar, tanto por la falta de conexión como por el tipo de atención que se brinda.
“Hay una falencia en el trato del Estado, que es la homogeneización del trato y atención, cuando las personas viven realidades diversas. Desde problemas emocionales, psicológicos, violencia, embarazos, la necesidad de cuidado y educación sexual”.
“La labor del Estado se ve de manera muy displicente desde las organizaciones de la sociedad civil. Falta conexión, para más que llegar con una cama o llevar a la persona a un hogar, eso resuelve una noche, pero ¿qué pasa con la persona después? La intervención del Estado es demasiado reactiva”.
Además, Daniel apunta que es importante que el Estado pueda ofrecer información actualizada y útil, para lo cual es importante que pueda estar en contacto con las organizaciones y brindarles mayor apoyo para la labor que realizan.
“Yo creo que es importante que el Estado pregunte a la sociedad civil que tipo de información es la que necesita (…). Tampoco hay incentivos para estas organizaciones. Las organizaciones pequeñas, son a las que el Estado más debería ayudar”.
Finalmente, también resulta revelador la inspiración y motivación que Daniel manifiesta respecto a la labor que realiza junto al equipo de Vocación de Servicio.
“Hay una situación de fe. Hay un mandato de Dios de ayudar a los demás, sin condiciones, no solo para convertir, sino para ayudar a otros. Uno sabe las capacidades que tiene cuando las dedica a ayudar a otros, y hace más sentido la profesión, o cierto conocimiento, cuando es aplicado para el servicio de alguien más”.
Existe un especial reconocimiento por la disposición, interés y pasión por el relato de sus experiencias como actor relevante en el acontecer del país. A través de estos espacios de diálogo, el equipo de la Comisión espera estar a la altura del desafío, siendo capaces de recoger del relato las mejores recomendaciones para colaborar desde el servicio público en la construcción de un mejor país, donde la confianza, la participación y la transparencia sean los principales ejes de su misión. La Comisión agradece profundamente a Daniel por esta instancia y también a todos aquellos actores que participarán en los siguientes “Diá